Puente Romano

El Puente Romano formaba parte de la Via Palata (Vía de la Plata), la Vía XXIV del Itinerario de Antonino, que unía Mérida y Astorga. Aunque su origen es romano, no se conserva su fábrica original completa, pues ha sufrido múltiples reformas y reconstrucciones como consecuencia de las crecidas del río, la más importante la conocida como la de San Policarpo en 1626; por lo tanto, son originales los 15 arcos más cercanos a la ciudad, que están realizados con sillares de granito almohadillado.
 
En 1626 el río arrastró los otros 10 arcos del puente, por lo que hubo que reformarlo, quedando separadas la fábrica antigua y la moderna por el astillete central.
 
El puente estuvo almenado hasta el s. XIX.
 
El sistema constructivo romano, aplicado después con algunas modificaciones en la zona reconstruida, es el de una pequeña pila con tajamar aguas arriba y los arranques de las bóvedas remetidos; el espacio que quedaba libre en las pilas bajo las bóvedas servía para apoyar la cimbra que debía sujetar la bóveda hasta que ésta estuviese acabada.
 
Aún puede apreciarse en la mayoría de los sillares los agujeros de los ferrei forceps, o pinzas de izados, que se colocaban en éstos y por el propio peso del sillar quedaba enganchado fuertemente pudiendo levantarlo.
 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *