Salamanca en 1 día
Una experiencia turística en una ciudad es la suma de muchas cosas: entrar en un patrimonio que emociona y nos sitúa ante lo mejor de nosotros, pasear, ver gente, comprar, comer, alojarse. Pero sobre todo impregnarse de una atmósfera especial: la de una ciudad que, como si fuera un perfume especialmente diseñado para ella y para nosotros, nos acompaña.
Un día es, sin duda, poco tiempo para una ciudad como Salamanca, pero lo importante es disponer el ánimo para disfrutar y para sorprenderse. Nosotros estamos convencidos de que volveréis y con esa idea trabajamos y elaboramos esta “hoja de ruta”.
Comencemos por acudir a la Oficina de Turismo para recibir información. Allí podrás acceder a través de un código QR a una audio guía de la ciudad (también disponible en lengua de signos y vídeo guía) o contratar una visita con un guía oficial de turismo. Todas las mañanas salen de las oficinas de turismo visitas guiadas, con un horario más amplio los fines de semanas y los meses estivales. Otra interesante opción es hacer la visita nocturna; con ella podremos disfrutar de un agradable paseo por el casco histórico con los edificios iluminados. Y también puedes elegir entre los recorridos sobre leyendas, anécdotas…
Comprar Salamanca Card es una buena opción para poder llevar a cabo la visita a los monumentos de un modo más económico. Puedes adquirir por 22 euros la tarjeta de 24horas y por 25 euros la de 48 horas. Te permitirá el acceso gratuito a algunos espacios e importantes descuentos en diversos establecimientos.
Ya estamos listos.
Te recomendamos visitar sin prisa:
La Plaza Mayor y el conjunto catedralicio; no olvides subir a las torres medievales de la catedral a través de la exposición Ieronimus, podrás pasear por las terrazas exteriores y las balaustradas que asoman al interior del templo, entre gárgolas, pináculos y campanas. El Edificio Histórico de la Universidad, en cuya fachada debes encontrar la figura de la rana; en el interior, espacios como el aula de Fray Luis, donde parece haberse detenido el tiempo, o la Biblioteca antigua. En 2018 la Universidad celebrará su VIII Centenario, será una oportunidad estupenda para visitar la ciudad ya que se realizarán a lo largo de todo el año numerosas actividades.
Sin prisas debes conocer también la Casa de las Conchas, famosa por su fachada decorada con cientos de conchas y con un precioso claustro; y la Clerecía y Universidad Pontificia, situadas justo enfrente. Las torres de La Clerecía son otro impresionante mirador de la ciudad a través de la visita a Scala Coeli.
Tras este agradable paseo nos detenemos a reponer fuerzas. Nos esperan restaurantes excelentes con una oferta de calidad. Cocina tradicional y creativa con productos de la tierra entre los que no pueden faltar el jamón de Guijuelo, las carnes de ternera o morucha, las lentejas de la Armuña, la chanfaina, los asados… con quesos, aceites y vinos salmantinos. Puedes comer en un restaurante con vistas a la ciudad (el Parador de Turismo) o a la Plaza Mayor, también en un centro de arte contemporáneo o en un típico mesón castellano.
Ya por la tarde podemos dar un paseo por el Puente Romano y entrar en el Huerto de Calixto y Melibea. La Casa Lis, un palacete modernista de vidrieras de colores, es uno de los tesoros de la ciudad. Alberga el Museo de Art Nouveau Art Déco. Después podemos visitar el Convento de San Esteban, que este año celebra los 800 años dde la orden de predicadores. También puedes visitar el Convento de las Dueñas, te recomendamos probar los dulces que elaboran las monjas y saborearlos tranquilos en el claustro, mientras contemplas las vistas de la catedral.
Terminamos la jornada con dos espacios de leyenda: La Cueva de Salamanca, donde, dicen, el diablo impartía clases de brujería; y el Patio de la Salina, un antiguo estanco de Sal.
Antes de ir a cenar no olvides llevarte un recuerdo de la ciudad. En el centro encontrarás numerosas tiendas de souvenirs, embutidos y artesanía.