Salamanca en 2 días
Dos días en Salamanca ofrecen, además de poder recorrer y conocer más y mejor la ciudad, la posibilidad de disfrutar de la noche y sus escenarios. Una calle siempre llena de gente, en cualquier estación y época del año. Y los espacios de ocio nocturno que marcaron tendencia en España por sus escenografías y su ambiente joven y divertido.
Primer día
Después de acudir a la Oficina de Turismo para conseguir el plano de la ciudad e información de las audio guías gratuitas, las visitas guiadas y la tarjeta Salamanca Card, comenzamos nuestra visita a esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
La mañana la podemos dedicar a dar un paseo por la Plaza Mayor y observar los detalles de sus medallones. Después nos acercamos a la Universidad, en la que se pueden visitar estancias únicas como la biblioteca antigua, los claustros o el Cielo de Salamanca.
Frente a la Casa de las Conchas, hoy biblioteca pública, encontramos la Universidad Pontificia y la iglesia de La Clerecía; desde las torres de La Clerecía podemos descubrir una panorámica espléndida de la ciudad. Esta zona está transitada por multitud de estudiantes que acuden a clases en alguna de las facultades del centro de la ciudad. Abundan los cafés y librerías.
Hacemos una pausa para comer. Podemos elegir entre alguno de los restaurantes que ofrecen comidas a la brasa y asados, platos tradicionales donde no falte el embutido de Guijuelo y el queso de Arribes para abrir boca. En algunos locales puedes probar el farinato típico de Ciudad Rodrigo, con huevos fritos o en versión más moderna en revueltos, croquetas o espuma.
Continuamos el paseo con la visita a las catedrales. Después completamos esta visita con la subida a través de la exposición Ieronimus, a las Torres Medievales de la Catedral. Es uno de los lugares imprescindibles porque nos ofrecen vistas únicas de los templos y de la ciudad. En verano las visitas se pueden hacer también por la noche, «impresionantes».
Unas pastas, un pastel o unos bombones y helado en verano o chocolate con churros en invierno…, cualquiera de estas tentaciones nos darán fuerzas para continuar nuestra ruta.
Seguimos descubriendo la ciudad. El Museo de Automoción, situado en la antigua Fábrica de la Luz, muestra una fabulosa colección de vehículos y objetos a través de los que podemos observar la evolución estética del automóvil.
Para cenar podemos decantarnos por una ruta por varios bares de tapas. Dos son las zonas más concurridas: en el centro los alrededores de la Plaza Mayor y hacia el norte, la zona de Van Dyck, con gran ambiente juvenil.
Después, los más tranquilos pueden dar un paseo nocturno por el centro de la ciudad para disfrutar de los edificios iluminados. El resto disfrutar de la fiesta por los bares de marcha nocturna. Hay varias zonas: Gran Vía, calle Bordadores, Plaza de la Reina y los más alternativos, Plaza de San Justo y calle Varillas.
Segundo día
Después de un desayuno en alguna terraza del casco histórico iniciamos la jornada dirección al Convento de San Esteban, iglesia dominicana en la que Colón buscó el apoyo ante los Reyes Católicos y que este año está de celebración, se cumplen 800 años de la Orden de Predicadores. Frente a él, el Convento de las Dueñas, con un bellísimo claustro. Dos espacios cargados de leyenda nos sorprenden en la calle San Pablo: la misteriosa Cueva de Salamanca, donde cuenta la leyenda que los estudiantes aprendían ciencias ocultas, adivinación y magia; y el Patio de la Salina.
Las compras las podemos realizar en el centro, en los alrededores de las calles Zamora y Toro; y también en la calle María Auxiliadora. Si queremos comprar carnes, embutidos o productos tradicionales, nos acercaremos al Mercado Central, edificio modernista que bien merece una visita.
Para comer podemos acudir a alguno de los restaurantes de la ciudad más vanguardistas, cocina de autor, creativa y de gran calidad.
Por la tarde visitamos el Museo de Art Nouveau Art Déco, emplazado en un palacete modernista, o quien lo prefiera el Domus Artium, el centro de arte contemporáneo ubicado en la antigua cárcel provincial. Continuamos el recorrido visitando alguna de las pequeñas iglesias de la ciudad y paramos en el famoso Café Novelty, un lugar con historia, frecuentado por tertulianos, ganaderos, estudiantes… En verano se pueden ver largas colas de gente frente al establecimiento para probar sus helados.
O si prefieres puedes conocer la ciudad de otra manera: dando un paseo en bici, recorriendo el carril bici por el parque fluvial, el campus universitario y algunos barrios de la ciudad; o por el centro histórico. En el Espacio joven (C/ Arco nº 11 Entreplanta www.amigosdelabici.es ) puedes alquilar una bicicleta. También se organizan visitas guiadas en bici http://www.itinerante.es/Rutas/Recorrido-tematico#Salamanca y http://www.bikecicletassalamanca.com/
En verano podemos disfrutar del teatro, música, la magia, el flamenco o el cine en diferentes espacios de la ciudad a través del programa cultural Plazas y Patios. Si vienes en la primera quincena de junio podrás asistir a alguna de las actuaciones del Festival Internacional de las Artes de Castilla y León y en septiembre las Ferias y Fiestas.
Y para cenar… Durante todo el año se celebran en la ciudad jornadas gastronómicas que nos permiten degustar exquisitos menús de temporada.