Capilla de la Vera Cruz

Es un pequeño templo barroco propiedad de la más antigua de las hermandades penitenciales de la ciudad, la Ilustre Cofradía de la Santa Cruz del Redentor y de la Purísima Concepción, su Madre.
 
Esta iglesia data de mediados del siglo XVI según un proyecto de Rodrigo Gil de Hontañón aunque reformada en estilo barroco (1714) por Joaquín Churriguera. De la primera época renancentista solo queda la fachada y la hornacina con imagen de la Inmaculada, obra de Sebastián Dávila.
 
La ermita tiene planta rectangular, presentando una sola nave dividida en tres tramos cubiertos con bóveda de cañón. Un cuarto tramo corresponde al crucero, cubierto con cúpula ciega sobre pechinas. Tanto las bóvedas como las pilastras que las soportan y las hornacinas que se abren en los muros están cubiertas por una exuberante decoración barroca realizada en yesería. 
 
El retablo mayor fue concertado con Joaquín de Churriguera en 1709 y entallado entre 1713 y 1714. Las calles de su cuerpo principal van separadas por dos estípites y dos columnas salomónicas cuajados de follaje y angelitos. La calle central alberga el sagrario y la escultura de la Inmaculada, tallada enteramente por Gregorio Fernández en 1620. Las hornacinas de las calles laterales acogieron antiguamente la imágenes de San Benito de Palermo y de un santo franciscano que identifican con San Pedro de Alcántar, labradas por Jerónimo Pérez en 1614 para un retrablo anterior; en su lugar se han colocado dos estatuillas de San Miguel y San Juan Bautista. El ático, semicircular, tiene una cruz con sudario sostenida por ángeles, junto a otros ángeles portando los Arma Christi. Se trata de un retablo caracterizado por su concepción escenográfica y su recargamiento decorativo.
 
Otras obras destacadas son el Lignum Crucis (siglo XVI) de Pedro Benítez, la talla barroca de Nuestra Señora de los Dolores de Felipe del Corral y un Cristo Resucitado (siglo XVIII) de Alejandro Carnicero.
 
En 1718, se acondicionó la sala de Insignias como capilla de los Dolores. A dicha capilla se accede desde una puerta de rejería abierta en el lado del Evangelio de la capilla principal, a la altura del crucero. La capilla de los Dolores tiene planta rectangular, rematada la cabecera por el camarín de la Dolorosa, añadido en la reforma de 1718. Se cubre con techumbre plana, decorada también con yeserías barrocas. La actual decoración obedece a la labor de las Escuelas Salesianas de Sarriá en la tercera década del siglo XX, subvencionada por la camarera de la imagen Gonzala Santana.
 
Anexa a la capilla de los Dolores se encuentra el salón de Pasos, parte de la antigua sacristía, parcialmente cubierto con bóvedas de yesería. Cuenta con puerta propia que da a la calle de Sorias. Del otro lado, con puerta a la calle de Abajo, se halla el convento que habitan las Esclavas del Santísimo, antigua casa del capellán de la cofradía y propiedad de la misma.

 

 

 

 

 

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