Museo Art Nouveau y Art Déco Casa Lis

C/ Gibraltar, 14 / 923 12 14 25
Lunes a domingo: 11:00 a 20:00h
Entrada: 5,00 €/ 3,00 €: jubilados, estudiantes y grupos (más de 10 personas)
Desempleados: 1€ Niños hasta 14 años: gratis.
Entrada conjunta: Museo de “Art Nouveau y Art Déco” (Casa Lis) y Museo de la Historia de la Automoción: 5 €. A la venta sólo en la Oficina de Turismo y en www.salamancaymas.es
Entrada gratuita: jueves de 11:00 a 14:00 h (Reserva previa para grupos)

 
La Casa Lis es un palacete urbano enclavado sobre la antigua muralla de la ciudad mandado construir por D. Miguel de Lis (1855-1909). El encargado de llevar a cabo este proyecto fue Joaquín de Vargas y Aguirre (1857- 1935) natural de Jerez de la Frontera, que desembarcó en Salamanca para ocupar la plaza de arquitecto provincial. Don Miguel de Lis era propietario de una fábrica de curtidos que había heredado de su padre y que adaptó a los nuevos sistemas de producción en la última década del siglo XIX. Este próspero negocio le facilitó una desahogada posición económica, de modo que D. Miguel es, en la época en que construye su nuevo palacio urbano, uno de los cien mayores contribuyentes de Salamanca. Definido como una persona hábil para los negocios y trabajador infatigable, su carácter “moderno” se puede apreciar en la concepción de su nueva vivienda.
 

La labor llevada a cabo en esta casa es espectacular pues entre la fachada principal y la trasera hay un gran desnivel que el arquitecto supo resolver con maestría craendo una gran galería mirador de doble altura en hierro forjado, decorada con unas hermosas vidrieras, bajo la cual se abre una escalinata de doble tiro que da a un jardín en terrazas.

El aspecto original de la casa se vio modificado al añadir un techo acristalado al patio interior. Durante años estuvo abandonada y fue recuperada para albergar la colección de objetos art decó de don Manuel Ramos Andrade.

LA FUNDACIÓN

La Fundación Manuel Ramos Andrade debe su nombre al donante y mecenas salmantino que generosamente cedió la mayor parte de los fondos que hoy componen la colección del Museo Art Nouveau y Art Déco Casa Lis. De origen humilde, Andrade emigró al Norte de España con su madre y hermanas cuando todavía apenas había empezado a ir a la escuela. Posteriormente, en Chanffailles, cerca de Lyon ( Francia), aprendió francés y se tituló en formación profesional, lo que le permitió comenzar a trabajar como camarero de restaurante en la Compañía Wagon-Lits. De este modo, inició numerosos viajes viajes y se desarrolló su gusto por descubrir nuevos países, diferentes idiomas y otros ambientes.
 
Más tarde, animado por unos amigos, viajó a Australia y probó suerte en el mundo del espectáculo. Fue allí, en Sydney, donde Ramos Andrade descubrió su pasión por las antigüedades: tras alquilar un pequeño local, comenzó a recoger muebles y objetos que nadie quería y, sin embargo, para él tenían algo especial. En poco tiempo, consiguió abrir más tiendas y se ganó el respeto de los profesionales del sector.
 
No obstante, su vida dio un nuevo giro y las noticias de la enfermedad de su madre motivaron su regreso a Europa y su instalación en Barcelona, donde comenzó a comprar muñecas de porcelana. Éste fue el germen de las colecciones que se exponen hoy en el Museo de Art Nouveau y Art Déco, reunión que costó años a Andrade. Gracias a su profesión de anticuario, tuvo la posibilidad de examinar miles de piezas y separar aquellas que merecían ser exhibidas como auténticas obras de arte.
 
Tras haber pasado casi toda su vida fuera de su tierra natal, Ramos Andrade quiso regresar a sus orígenes y dejar en Salamanca sus colecciones donándolas a la Fundación que hoy lleva su nombre, que gestiona el Museo Art Nouveau y Art Déco y que, según su voluntad, desarrolla otras funciones sociales como la concesión de ayudas sociales a los ancianos y becas de estudio a los niños de su pueblo natal, Navasfrías.
 

EL MUSEO

El Museo Art Nouveau y Art Déco es en esencia un museo de artes decorativas que propone un recorrido temporal que abarca desde las últimas décadas del siglo XIX hasta la II Guerra Mundial. Este periodo de poco más de sesenta años es sin duda uno de los más fecundos de las artes aplicadas. El grueso de las obras que se pueden ver en el museo son objetos utilitarios concebidos bajo unos cuidados criterios estéticos. Esta dualidad, que los hace muy interesantes como documento de una época y de una manera de vivir, hace que muchos de ellos no hayan llegado hasta nuestros días ya que su uso ha hecho que no hayan perdurado en el tiempo.
A lo largo del siglo XIX las artes decorativas quedaron ancladas en el pasado con una repetición sistemática de modelos y con unos acabados cada vez de peor calidad por la ausencia del carácter artesanal. La máquina había impuesto unos sistemas de producción que primaban la cantidad sobre la calidad. Esta situación generó una reacción, los artistas del Arts & Crafts buscaron nuevos modelos de expresión y formas de creatividad, abogaron por la equiparación de las artes decorativas y las bellas artes prestando una especial atención a la calidad del detalle y a los acabados exquisitos. Esa inquietud estética fue el germen de un nuevo estilo, el Art Nouveau.
 
A través de sus diecinueve colecciones el recorrido por sus salas muestra al visitante la producción de los talleres europeos de artes decorativas de los periodos Nouveau y Déco. Joyas de Masriera o Faberge, vidrios iridiscentes de los talleres Loetz, Kralik, Pallme König o de la escuela de Nancy con piezas de Émile Gallé, los Hermanos Daum o Paul Nicolas. Muebles de Homar, Majorelle, Busquets. Porcelanas de Rosenthal, Royal Copenhagen, Mariano Benlliure, Gustave Guetant o Zuloaga. Los fondos que atesora la Casa Lis muestran la trayectoria de autores tan importantes como Émile Gallé con sus vidrios de capas superpuestas y sus exquisitos muebles o la evolución de Rene Lalique que partiendo de la joyería Art Nouveau orienta su creatividad al diseño del vidrio en las décadas posteriores.
Destaca la colección de muñecas de porcelana francesas del s. XIX, que ha sido definida por los expertos como la mejor colección expuesta al público a nivel mundial, o la muestra de criselefantinas de Demetre Chiparus o Ferdinand Preiss, pequeñas esculturas que combinan el metal para las vestimentas y el marfil para las partes desnudas del cuerpo como la cara o las manos y que se han convertido en icono del Art Déco.
 

ART NOUVEAU

El arte japonés supuso una fuerte influencia en los artistas del momento, su composición, su manera de plasmar la naturaleza, la luminosidad de los colores y la expresividad de los contornos estimularon a un gran número de artistas. Además, en las artes decorativas japonesas, el valor que se le concede al objeto y a su técnica fue muy en consonancia con la batalla del Arts and Crafts Movement por romper las barreras existentes entre las Bellas Artes y las Artes Decorativas, consideradas un arte inferior. Todos los centros de creación plasmaron en su producción su particular visión del arte japonés. La última década del siglo XIX vio florecer una sociedad industrializada y los artistas mostraron su rechazo proclamando una vuelta a la naturaleza. Ante el avance de la producción en masa de la máquina, se proclamó la defensa de la artesanía y de los procesos. El resultado fue uno de los periodos más fecundos de las artes decorativas.
 
El estudio de la zoología y la botánica gozo de una gran popularidad y las líneas fluidas de la naturaleza, insectos como libélulas y mariposas fueron plasmados en todo tipo de artículos. Un ejemplo son los vidrios generados por el taller de Emile Gallé. Esa visión del mundo que le rodea con una fuerte influencia del Japonismo es una de las mayores aportaciones estilísticas no solo al arte del vidrio, si no al desarrollo del estilo. El Art Nouveau, que logró superar los patrones del historicismo, buscaba estimular los sentidos con un erotismo contenido que se reflejó en una particular visión de la mujer a medio camino entre la realidad y la fantasía.
 
Representadas como hadas o ninfas de cabelleras ondulantes, sus siluetas inocentes decoran un sinfín de artículos, pero la mujer también se plasma como una femme fatale y personajes como Salomé, Judit o Salammbò fueron protagonistas de esta época. En todos los países se incide en su carácter de nuevo, joven, libre y moderno; así en Alemania la palabra Jugend (juventud) dará nombre al estilo Jugendstil, la galería parisina de Samuel Bing, La Maison de l’Art Nouveau dará nombre a la corriente francesa o belga, mientras que en Italia se usará el término Stile Liberty. En España, el estilo se llamará Modernismo.
 
La Exposición Universal de París de 1900, que recibió a casi cuarenta millones de visitantes, dio al Art Nouveau y a las artes industriales una gran difusión. El estilo se popularizó y la industria, sumida en una especie de fiebre decorativa, comenzó a fabricar todo tipo de artículos de líneas modernistas en masa. En este momento el arte exquisito convive con otro más vulgar y de peor terminación. Aparte de obras maestras de gran virtuosismo técnico, de los talleres de decoración salieron también objetos muy industriales que responden a una producción en serie para la venta a un precio asequible. La primera guerra mundial acabará con el delirio decorativo modernista y las nuevas tendencias del diseño abogarán por unas líneas más racionales. El estilo Art Déco será el reflejo de una nueva sociedad que ha aprendido a convivir con la máquina en un entorno urbano.
 

ART DÉCO

El Art Déco fue un estilo que afectó a todas las facetas del diseño. El término se acuñó en los años sesenta refiriéndose al arte generado en el periodo de entreguerras. Vivió su momento de mayor esplendor en la Exposición Internacional de Artes Decorativas de París de 1925 aunque su influencia ha llegado incluso hasta nuestros días. Frente a la línea curva y la sinuosidad del Art Nouveau, en el Art Déco se impone la línea recta y los volúmenes geométricos. Es un estilo ecléctico que surge de la suma de muchas tendencias. Entre las principales influencias del Art Déco hay que destacar el arte de las vanguardias, la mecanización y los descubrimientos arqueológicos del Antiguo Egipto o Mesopotamia.
 
El orientalismo idealizado basado en tópicos e ideas preconcebidas seguía atrayendo al público, que veía en las culturas lejanas un mundo de misterio y sensualidad donde cualquier fantasía era posible. La pintura orientalista de finales del XIX y la traducción de Las mil y una nochesnutrieron este gusto por lo lejano. Los Ballets Rusos fueron claves en el desarrollo del Art Déco,sus montajes fueron muy influyentes, Cleopatre, Le Dieu Bleu, Thamar o La tragedie de Salomeimpactaron a los diseños de la moda y la decoración. Por la calle, la gente comenzó a vestir con pantalones de harem y turbantes inspirados en los vestuarios de Lev Bakst y autores de criselefantinas como Demetre Chiparus o Paul Philippe reflejaron esa explosión de color y expresividad en un buen número de criselefantinas.
 
A diferencia de otros periodos artísticos, el Art Déco fue puramente decorativo. En sus trabajos, generalmente, los artistas no pretendían expresar sentimientos o emociones, sino crear objetos de diseño atractivo, equilibrados y que reflejasen el momento y la sociedad en que vivían. Esta época se caracterizó por su gran desarrollo tecnológico con los primeros rascacielos, aviones, submarinos o automóviles circulando por las calles. Todos estos avances se plasman en un estilo que refleja la velocidad, la máquina, la efusividad y la alegría de vivir.

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