Verraco de Piedra

Junto al puente romano se halla esta escultura de época prerromana encontrada en las cercanas excavaciones arqueológicas del cerro de San Vicente, cuya función sería la de actuar como ente protector del ganado. Esta representación acéfala, hoy en día, semejaba un toro o verraco, que a lo largo del tiempo ha ido cambiando de emplazamiento. Es la estatua más antigua de la ciudad de Salamanca. Su origen esta en los Vettones, pueblo cuya economía era esencialmente ganadera. Sus medidas son 2,10 metro de longitud, 1,57 metros de altura y 0,70 centímetros de espesor. 
 
Como otros monumentos de Salamanca, este también aparece en una de las obras más representativas de la literatura española «El Lazarillo de Tormes» en la escena en la que el ciego le dice al muchacho que acercando su cabeza al vientre del animal podrá oír un gran rugido y este es golpeado fuertemente contra él.
 
Se desconoce desde cuando permanece el verraco en la entrada de la ciudad. El 10 de octubre de 1834 el político José María Cambronero hizo que el verraco fuera arrojado al río al creer que había sido hecho colocar por Carlos I de España tras los sucesos de las Comunidades. Finalmente el 17 de junio de 1867 se rescata la escultura para ser albergada posteriormente en diversos museos hasta que se volvió a colocar sobre el puente romano el 23 de octubre de 1954 coincidiendo con el IV centenario de la publicación del El Lazarillo de Tormes. Desde entonces su ubicación ha variado desde el interior del puente hasta la actual al entrada de este, sitio que ocupa desde 1993.

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